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RAMÓN JULIO GARCÍA
OVIEDO.
Viernes, 18 de mayo 2018, 03:28
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El Real Oviedo necesita un pleno de victorias en los tres partidos que restan de liga para tener opciones de entrar en el 'play off', el objetivo del pleno empieza por el encuentro de mañana ante el Sevilla Atlético y eso es en lo único que piensa el entrenador, Juan Antonio Anquela.
Además, también aprovechó el técnico para alertar de las dificultades que presentará el Sevilla Atlético, que pese a estar descendido, ha logrado buenos resultados en las últimas jornadas.
El técnico jienense reconoce que ya no tienen el margen de error que han tenido hasta ahora. «No hemos dado el nivel y no hemos respondido, pero esta no hay vuelta atrás», afirma, al tiempo que asume que el de mañana es «un partido que decide si seguimos vivos o pensamos en otra cosa».
Juan Antonio Anquela, entrenador del Real Oviedo
La situación del equipo, tras las últimas derrotas, no altera el discurso del entrenador, partidario de no pensar más que en el próximo encuentro. «Yo no miro el pleno, solo miro el sábado, y siempre lo he dicho». Recordó sus palabras más repetidas en cada comparecencia ante los medios de comunicación cuando avisaba que «esto iba a ser hasta el último minuto del último partido y ojalá así sea, significará que estamos vivos».
Por ello, Anquela reconoce que «esta semana no cabe otra que intentar ganar al Sevilla Atlético y luego a partir de ahí a ver qué pasa».
La última derrota del equipo, el pasado sábado en Pamplona, no ha dejado las malas sensaciones de otros encuentros. Al menos así lo ve el entrenador: «Pienso que está recuperado, la del otro día es una derrota que te enseña el camino para perder, durante muchas fases estuvimos bien, cometimos errores, pero hay que saber lo que se quiere y a través de qué. Jugamos como un equipo».
Juan Antonio Anquela, entrenador del Real Oviedo
La importancia del compromiso de mañana no puede hacer que el equipo pueda caer en la precipitación y volverse loco. «Vamos a ir poco a poco, aunque suene raro. Tenemos que seguir creciendo y pensar que vamos a jugar un partido muy importante», explica, antes de advertir de que considera clave estar «muy metidos, muy concentrados para sacarlo adelante».
Antes de jugar ante el Lorca el técnico apeló a la paciencia y el apoyo de la grada, ya que en el caso contrario las cosas se podrían complicar. Ahora el técnico considera que está en sus manos «no dar pie a eso» y añadió que «la gente tiene que saber y lo sabe, que todavía estamos ahí y cuando esto acabe si nos quieren matar a todos que nos maten», concluyó. A la vez recuerda que «mientras tengamos vida hay que ir todos de la mano y pelear hasta el último segundo, que igual nos llevamos alguna alegría. De la otra forma es imposible», señaló el entrenador.
El pasado sábado, el técnico introdujo un cambio en el dibujo, para jugar con trivote, pero eso no es algo a lo que le otorgue demasiada importancia: «Cada partido tiene su lectura, y nosotros tenemos que intentar adoptar lo que más nos convenga». En ese sentido, recordó que «durante la primera parte lo hicimos bien, fuimos un equipo serio y ordenado, que sabía que hacer con el balón, en la segunda nos superaron en todo y no fuimos capaces de solventar los problemas que nos crearon».
Por encima de todo, lo que quiere el entrenador es que el equipo «siga creyendo en lo que hacemos, seguir trabajando» y también considera que «a este equipo se le puede pedir que juegue mejor, pero no vamos a fallar en lo que damos siempre, vamos a morder aquí en casa e intentar ser el Oviedo que todos queremos».
Sobre los riesgos del rival, Anquela dijo que lo que más le preocupa es que «la gente se pueda pensar que jugamos ante un rival entregado, que va el último y está muerto, nada más lejos de la realidad». El entrenador considera que el filial hispalense siempre ha estado cerca de ganar y que es «un equipo bien plantado y ordenado, con muchas variantes y que sabe lo que quiere. Pero en Segunda los errores se castigan, y ha sido su problema, que esos errores lógicos de la edad que tienen». También destacó que el hecho de no jugarse nada les ha liberado de presión y eso les permite disfrutar más y con la calidad de sus jugadores y poder ganar a cualquier rival.
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