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Tres décadas de un histórico campeón

Tres décadas de un histórico campeón

El equipo, dirigido por José Luis Romero, estaba integrado por una amplia mayoría de jugadores formados en su cantera

IVÁN ÁLVAREZ

Sábado, 4 de julio 2015, 22:37

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«Fue una temporada bastante difícil, en la que nos quedamos a poco del descenso. Al final logramos la permanencia y tuvimos una alegría doble con el título». Son palabras de Evilasio Sánchez, 'Vili', histórico lateral izquierdo azul evocando el triunfo del Real Oviedo en la Copa de la Liga de Segunda División. El pasado 30 de junio se cumplieron tres décadas de aquel título, que engalana las vitrinas de la entidad carbayona y, pese al paso de los años, continúa siendo el único entorchado oficial en el fútbol profesional asturiano.

«La empezamos a disputar sin apenas confianza. Al principio no le dábamos mucha importancia, pero empezamos a ganar partidos y pasar rondas hasta que vimos que era posible la victoria final», recuerda el zaguero llanisco, una de las piedras angulares de la retaguardia de aquel conjunto campeón dirigido por José Luis Romero. «Fue un año duro, en una categoría muy exigente con equipos como Las Palmas, Cádiz, Celta, Mallorca, Tenerife o Deportivo y nuestra plantilla tenía bastantes jugadores de la cantera. Esa temporada éramos 14 jugadores asturianos y a muchos les sirvió de aprendizaje», añade.

Un aprendizaje a marchas forzadas que, tras sufrir en el campeonato liguero, encontró su recompensa en la recta final de aquel curso al proclamarse campeones de la extinta Copa de la Liga de Segunda División. «Recuerdo que la vuelta de la final la jugamos en Madrid a las once de la mañana y el calor era terrible. Íbamos con el gol de ventaja de la ida y nos volvimos a adelantar allí. Aunque nos empataron pronto, aguantamos y al final celebramos el título», explica el defensor, encargado de levantar el trofeo en el estadio madrileño, que rememora con claridad aquel triunfo.

Los goles de García Barrero

En la consecución de aquel título desempeñó un papel fundamental Santiago García Barrero, que perforó por partida doble la red de la portería del Atlético Madrileño, último obstáculo hacia el éxito carbayón. «Había marcado algún gol más a lo largo de la competición. Nuestro último tanto en el torneo fue un cabezazo mío tras un buen centro que me puso Juanito desde la banda derecha», revela el centrocampista, que coincide con 'Vili' al indicar que el rendimiento de aquel equipo en la competición liguera estuvo lejos del deseado. «Nuestro objetivo era subir a Primera y siempre teníamos mucha presión por ello. En la Segunda de esa época había más violencia y fuera de casa era más complicado hilvanar jugadas, pero por aquel entonces ya se estaban creando los mimbres del equipo que logró el ascenso», abunda. Tres temporadas después, el Oviedo logró el ansiado ascenso en la histórica promoción ante el Mallorca.

«En aquellos años, Romero siempre nos inculcó un fútbol de bastante control, con las dificultades derivadas de que era un equipo con mucha gente de la casa y no uno con estrellas. Aunque teníamos altibajos jugábamos bastante bien al fútbol», confiesa el centrocampista ovetense en referencia al estilo de juego que definía a ese Oviedo campeón y al artífice de ese éxito desde el banquillo. «Era un técnica muy agradable. Venía de una escuela de fútbol con protagonismo de la base como era la del Barcelona y la intentó implantar aquí», recuerda 'Vili'.

Dentro de esa apuesta por los jóvenes formados en la cantera carbayona encontró su oportunidad Paco Fernández. «Antes era más difícil fichar. Yo era juvenil y estaba en el filial. Tuve la oportunidad de jugar contra el Salamanca en el Tartiere», indica el extécnico del Racing de Santander, uno de los benjamines de aquel equipo que pasó a la historia.

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