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Los jugadores del Real Oviedo protestan al árbitro el gol de Guitián que, a la postre, supuso la derrota de los carbayones en La Romareda.
El Real Oviedo dice adiós al ascenso
Real Oviedo

El Real Oviedo dice adiós al ascenso

El Real Oviedo cae por la mínima ante el Zaragoza en La Romareda y entierra sus opciones de jugar el 'play off'

RAMÓN JULIO GARCÍA

Domingo, 29 de mayo 2016, 22:47

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El jueves dijo adiós al ascenso directo y ayer, en Zaragoza, el Real Oviedo enterró sus opciones de jugar el 'play off'. Los azules sumaron una nueva derrota, la cuarta en los últimos cinco partidos, y dejaron un sabor agridulce a la temporada del regreso al fútbol profesional. La parte dulce es que el equipo estuvo buena parte de la campaña en la zona alta, pese a ser un recién ascendido -mañana se cumple el primer aniversario del ascenso en Cádiz-. La amarga es la de haber dejado escapar una oportunidad de pelear por el ascenso tras una cadena de errores, empezando por lo que provocó la salida de Sergio Egea, cuando el equipo era tercero. Las siete derrotas en doce jornadas que cosechó demuestran que entregar a Generelo el banquillo del equipo no fue la mejor opción.

Al equipo le queda ahora despedir el sábado la temporada en el Carlos Tartiere ante Osasuna y, sobre todo, analizar lo ocurrido para comenzar a planificar la próxima temporada sin cometer los errores de la presente.

El equipo volvió a cambiar en Zaragoza en busca de un rendimiento que al final no tuvo y siguió mostrando las mismas carencias de jornadas anteriores.

La alineación azul presentó cinco novedades con relación al encuentro del jueves ante el Leganés, incluyendo sorpresas. La más destacada la titularidad del juvenil Viti, así como las suplencias de David Fernández y Susaeta. Uno de los cambios obligados fue la presencia en el lateral derecho de Nacho López, en sustitución del lesionado Fernández. En el centro de la defensa Verdés sustituyó a David Fernández. Además, el técnico varió el sistema y pasó al 4-3-3, con Edu Bedia, Jon Erice y Míchel en la primera línea de tres. El frente ofensivo fue para Viti, Koné y Hervías.

Generelo, además de dar frescura al equipo tras el encuentro del jueves, parecía buscar velocidad y movilidad en el frente ofensivo, con tres jugadores rápidos, como Viti, Koné y Hervías.

En el primer minuto ya se notaron los nervios del conjunto maño, con dos pérdidas de balón en la zona defensiva. En la primera de ellas, tras recuperar Koné, estuvo a punto de marcar Viti, pero el balón le cayó a la pierna izquierda y remató desviado de la portería de Manu Herrera.

Demasidas facilidades

Los azules presionaban bien la salida de balón de los maños y se aprovechaban de sus imprecisiones. Sin embargo, el Zaragoza tuvo una ocasión a los siete minutos, en una acción en la que Ángel le ganó la espalda a la defensa y se plantó ante Miño, que sacó una buena mano para mandar a córner. Luego la tuvo Diamanka que, tras recortar a Verdés en el área, mandó alto. El Oviedo volvía a ser un equipo que daba facilidades a los rivales, que con poco les hacían daño.

El partido era de ida y vuelta, con las imprecisiones marcando el juego de los dos equipos. Los zaragocistas se adelantaron a los 19 minutos, en una jugada en la que Míchel salía a la contra para perder el balón en el centro del campo. El primer centro al área lo remata Ángel, en fuera de juego, y lo repele Miño, que hizo lo mismo con el segundo remate del exjugador del Sporting Guitán, pero desde dentro de la portería.

Los azules no estaban realizando un mal partido, pero seguían concediendo demasiado en su área, lo que aprovechó el Zaragoza, al que el gol le sirvió para tranquilizarse y comenzar a hacerse con el control del juego que no había tenido hasta entonces.

El Real Oviedo volvía a ser un equipo previsible en la salida de balón, con un juego horizontal que acababa en balones largos arriba, con toda la ventaja para la zaga maña, que no pasaba por problemas. La nota positiva es que teniendo el balón, el Zaragoza no hacía peligro, pero tampoco lo necesitaba con el resultado a favor.

La primera mitad, que tuvo unos inicios esperanzadores, acabó como viene sucediendo en las últimas semanas con un equipo desorientado, que no encontraba un patrón de juego que le permitiera apurar las últimas opciones de entrar en el 'play off'.

El conjunto ovetense pareció salir con la intención de ir a por el partido, pero tras unas jugadas iniciales el Zaragoza volvía a robar en el centro del campo, una y otra vez, y salía a la contra con peligro, como en una acción de Isaac, que disparó desde fuera del área y Miño despejó a córner.

El centro del campo del Oviedo fue tan previsible como en los últimos encuentros y Míchel distaba mucho de ser el organizador que el equipo necesita, dando al contrario la mayoría de balones. El valenciano vio además la quinta tarjeta amarilla que le impedirá jugar el último partido de liga ante el Osasuna.

Hervías era el único que parecía poder desequilibrar el encuentro con sus acciones. Primero centró para que Koné anotara en fuera de juego y luego un centro suyo se cerró y puso en apuros a Manu Herrera.

Generelo mueve el banquillo

Generelo movió el banquillo y dio entrada a Susaeta por Viti, y poco después a Linares por Míchel, para volver el equipo al 4-4-2 más habitual.

El Zaragoza, que fue recibido de uñas por los suyos y comenzó mal, iba aprovechando el desconcierto azul para reconciliarse con la grada y comenzar a hacerse con el control del partido. Los maños cada vez llegaban con más peligro a la portería de Miño ante un Oviedo en fase de disolución en el campo.

El último cambio lo aprovechó el técnico azul para dar entrada en el campo a Cervero, que ocupó la plaza del defensa central Verdés, que abandonó el terreno de juego lesionado.

El segundo gol zaragocista seguía rondando la meta de Miño, como en un remate de Cabrera tras un saque de esquina, que se estrelló en el larguero. El Oviedo estaba descosido en todas las líneas y solo la incertidumbre del marcador mantenía la tensión en la grada, ya que el Zaragoza seguía sin aprovechar sus ocasiones para sentenciar, como en una de Guitián, que solo en el área no acertó a rematar tras un saque de esquina.

Sin embargo, los ovetenses tuvieron el empate en un remate de Cervero a los 88 minutos que salió rozando el poste de la portería de Manu Herrera. Esa acción sembró el nerviosismo en el Zaragoza, que sufrió ante el acoso final de los azules, que se quedó sin recompensa.

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