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El Rayo frena la racha del Real Oviedo
Real oVIEDO

El Rayo frena la racha del Real Oviedo

Los azules volvieron a mostrar sus problemas fuera del Carlos Tartiere, con una falta de ideas en el ataque

Ramón Julio García

Domingo, 19 de marzo 2017, 18:58

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El Real Oviedo volvió a ofrecer su peor cara a domicilio y cayó 2-0 ante el Rayo Vallecano en un mal partido, en el que no dio síntomas de poder remontar en ningún momento. Los azules entraron mal al encuentro y los madrileños aprovecharon las facilidades defensivas para generar mucho peligro y llevarse los tres puntos. Desde el inicio se demostró que la necesidad de los rayistas era mucho mayor y no dieron un balón por perdido ante un conjunto azul que no encontró su sitio en el campo en todo el partido.

No obstante, los azules se mantienen en la zona de play off con tres puntos de ventaja sobre el Huesca. Además de la derrota los ovetenses tuvieron la mala noticia de la lesión de Saúl Berjón.

La versión inicial del conjunto ovetense fue una de las más ofensivas que podía confeccionar Fernando Hierro de inicio. Además de la presencia de Varela, para sustituir al sancionado Christian Fernández, en el lateral izquierdo, el técnico optó por jugar con Michu y Linares en punta, para lo que sacrificó a Jon Erice. La pareja de medios centros fue la formada por Lucas Torró y Borja Domínguez.

Si la idea de esa alineación atrevida era tener más el balón y llevar el peso del encuentro, de mano no lo lograron los azules, que entraron mal en el campo y pronto mostraron una vía de agua en el costado derecho que aprovechó en dos internadas consecutivas Álex Moreno, pero sus centros no encontraron rematador. Poco después Ebert volvió a castigar la derecha de la zaga con una jugada personal, que resolvió con un disparo cruzado que se estrelló en la cepa del poste.

El Oviedo ni atacaba, ni defendía y lo que se veía venir llegó a los 12 minutos. Nueva internada por la derecha del equipo azul y Ález Moreno cae en el área ante la entrada de Diegui Johannesson, el árbitro no dudó en señalar penalti. La pena máxima la transformó Ebert con un fuerte disparo a la derecha de Juan Carlos.

Además de encajar el gol, los azules tuvieron otro contratiempo, ya que se lesionó Saúl Berjón, que fue sustituido a los 14 minutos por el uruguayo Carlitos, que debutaba así con el equipo azul.

El partido estaba cuesta arriba en el marcador y en el terreno de juego, los azules eran un equipo demasiado largo, con mucha distancia entre las líneas, tanto para la salida de balón como para la presión en la salida del Rayo Vallecano. El equipo tocaba cerca de su área y acababa mandando balones a Linares y Michu, que pocas veces alcanzaban el objetivo.

Mediado el primer tiempo tuvieron un respiro los de Hierro, ya que fueron capaces de combinar algo más y comenzaron a acercarse a la portería de Gazzaniga. La primera ocasión clara fue en una buena acción de Michu que dejó para Susaeta y éste, tras un recorte lanzó desde el borde del área para que se luciera el portero local despejando a córner.

La mejoría azul también tuvo un componente de riesgo, ya que el equipo se desprotegió y adelantó líneas, lo que el Rayo quiso, pero no pudo aprovechar. Así las cosas el partido se enredó en el centro del campo. Lo que para el Oviedo tenía como positivo que había cortado la sangría de ocasiones que le estaba haciendo el Rayo, salvo un remate de Javi Guerra, pero no daba muestras de poder crear peligro.

Al descanso se llegó con la ventaja por la mínima de los azules, que podían darse por satisfechos, visto el mal inicio del encuentro.

La salida del segundo tiempo fue mejor para los ovetenses que ganaron metros al Rayo Vallecano, que ya lo fiaba todo a pillar a los ovetenses en una contra. Los de Hierro estaban mejor plantados en el campo y daban algunos síntomas de poder hacer daño al Rayo, pero fue un espejismo.

El Rayo volvió a ganar la línea de fondo, balón al área y tras un remate inicial que despejó Juan Carlos, Javi Guerra en el área pequeña mandó al fondo de la red y dejaba el partido prácticamente sentenciado. Definitivamente el conjunto azul volvía a ser fuera de casa un equipo que daba facilidades.

El técnico azul buscó dar velocidad al equipo metiendo en el campo a Nando, por Susaeta, y tratando de lograr por las bandas lo que por el centro se le negaba al equipo.

El juego ovetense se enmarañaba en el centro del campo, sin encontrar una salida hacía el campo rayista y además se trufaba con errores y entregas al contrario, que hacían imposible acercarse a la portería de Gazzaniga. Hierro agotó los cambios dando entrada a Jonathan Pereira por Linares en el ataque.

Los locales, urgidos por la necesidad y con el marcador a favor se imponían en todos los duelos, ante un conjunto ovetense que ofrecía pocos síntomas de reacción y apenas se acercó al portero visitante en todo el encuentro. El Rayo tuvo el partido la mayor parte del tiempo donde le convenía, con el balón lejos de su área y sin pasar por apuros.

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