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La hinchada azul enloqueció de alegría con la remontada y sufrió la decepción del empate rayista desde el punto de penalti.

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La hinchada azul enloqueció de alegría con la remontada y sufrió la decepción del empate rayista desde el punto de penalti. HUGO ÁLVAREZ

Real Oviedo | Vallecas también se tiñó de azul

Medio millar de aficionados oviedistas se dieron cita en el estadio madrileño para apoyar al equipo y lo arroparon durante todo el encuentro

R. J. GARCÍA

MADRID.

Sábado, 13 de enero 2018, 02:06

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La afición del Real Oviedo no deja de sorprender y ayer en Vallecas volvió a hacerlo. Un viernes a las nueve de la noche, medio millar de incondicionales se dieron cita en el estadio madrileño para arropar a su equipo desde las gradas. Los anfitriones fueron los componentes de la Peña Azul Madrid, que organizaron el desplazamiento desde su sede al estadio del barrio del sur de Madrid.

Los aficionados azules que acudieron a la cita de la peña de la capital de España comenzaron a llegar a la sede de la misma a las cinco de la tarde. Grupos de peñas como Los Frixuelos, La Colonia y alguna otra, junto a seguidores de la capital y otros llegados de Asturias y diferentes puntos de la geografía nacional formaron un núcleo de más de 200 aficionados que comenzaron ya con sus cánticos.

Luego, la comitiva se dirigió a la Glorieta de Bilbao. Para sorpresa de los usuarios de la línea del suburbano madrileño el andén se tiñó de azul y los aficionados se repartieron en cuatro vagones para comenzar el desplazamiento a Vallecas.

El buen ambiente reinó durante todo el trayecto, que previamente había sido comunicado a las fuerzas de seguridad. Los cánticos habituales de la hinchada azul animaron el trayecto de casi una hora. No faltó, como cada vez que se reúnen oviedistas el Asturias Patria Querida para ir calentando motores antes de la llegada al campo vallecano.

Todo el recorrido transcurrió con normalidad y sin ningún tipo de incidente, pese a que en los alrededores del estadio la presencia policial era abundante. Una vez en el campo, los aficionados ocuparon la tribuna alta, desde la que recibieron con una fuerte ovación a los jugadores cuando saltaron a calentar. Los futbolistas respondieron con aplausos para los aficionados al pasar cerca de la zona que ocupaban.

Los primeros pitos de la tarde fueron para Pérez Pallas, el árbitro gallego del encuentro, de infausto recuerdo para los azules por acciones como el penalti de la pasada temporada en Tenerife. El colegiado calentó por la banda en la que estaban los oviedistas y se llevó los abucheos de la afición. En la cuenta atrás hasta el inicio del encuentro, los aficionados del conjunto carbayón amenizaron la espera con cánticos de ánimo y el himno del Real Oviedo unos minutos antes del comienzo del partido.

El tanto inicial del Rayo fue un jarro de agua fría, pero la afición no desmayó y siguió animando al equipo todo el partido. La remontada provocó el delirio de los aficionados, que se fueron a final con la decepción del empate en una acción muy protestada, ya que el balón pega claramente en la cara de Christian antes de rebotar en la mano del jugador.

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