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IVÁN ÁLVAREZ
OVIEDO.
Jueves, 5 de octubre 2017, 01:54
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Amparado en su veteranía, Anquela se afana en recordar cada vez que puede la dificultad de lograr cada triunfo en Segunda División. El valor de cada matiz se acrecienta y puede encumbrar o arruinar una trabajada puesta en escena siempre supeditada a los vaivenes de los noventa minutos. Una hoja de ruta en la que el entrenador oviedista ha subrayado desde su llegada la importancia de la faceta defensiva, con la pretensión de abrigar a su equipo con una coraza que sus rivales están logrando sortear en este arranque de temporada.
Los triunfos azules a las órdenes del técnico jienense reúnen dos factores comunes. Llegan cuando el conjunto carbayón mantiene su portería a cero y los celebran en el Carlos Tartiere, escenario en el que el conjunto visitante ha encontrado la ganzúa para abrir la cerradura del candado azul.
Después de firmar la mejor media una excelente media hora inicial, rubricada con dos goles, el cuadro carbayón vio eliminada el pasado lunes su doble ventaja sobre el Zaragoza en un escaso tramo de ocho minutos. «Las acciones a balón parado nos están costando muchos puntos», lamentaba Aarón Ñíguez nada más concluir el choque saldado con empate. Todavía rumiando la renta dilapidada y con una amargura que le impidió disfrutar plenamente de su primer gol oficial con la camiseta del Real Oviedo, logrado precisamente con la ejecución certera de un golpe franco, el mediapunta ilicitano ponía maldecía el saque de esquina rematado por Mikel González que Héctor Verdés desvió involuntariamente a la red y el lanzamiento de una falta lejana por parte de Zapater que sorprendió a Juan Carlos para poner las tablas en el electrónico.
Esos dos zarpazos del conjunto dirigido por Natxo González a balón parado reabrieron una herida producida en la jornada inaugural por el remate de Amaya tras una falta lateral botada por Trashorras. Ya en la puesta a punto, denostada por Anquela para extraer conclusiones de peso, sus guardametas se vieron obligados a sacar el balón de su portería en tres ocasiones en acciones de estrategia y a través de esa faceta han continuado los azules recibiendo el castigo de su adversario.
«El balón parado es lo que te marca los partidos», arguyó ayer el central Carlos Hernández, que en su quinta temporada en la categoría de plata del fútbol español es plenamente consciente del rol capital que cobra ese componente del juego a la hora de dilucidar un vencedor de los duelos que se libran en Segunda. Del Carlos Tartiere han volado cinco puntos de los doce que se han puesto en juego hasta la fecha y en todos ha tenido su componente de influencia las acciones de estrategia.
El conjunto azul es el equipo que más faltas ha cometido en la categoría y algunas, por la cercanía del lugar de la infracción con su portería, han supuesto un peaje en el marcador. Zapater fue el último en sacar rédito de una vía que la plantilla azul es consciente que debe obstaculizar.
Fe en revertir la situación
Mentalizado de la necesidad de darle la vuelta a las acciones de pizarra, uno de los jugadores azules que, por su estatura, está llamado a desempeñar un rol protagonista en las acciones de pizarra como Carlos Hernández considera que la dinámica debe invertirse. «También habrá partidos que nos dé puntos. Es algo que evidentemente es corregible y esperemos que así sea», expresó el central andaluz sobre la faceta que tantos beneficios dio a lo largo de la pasada temporada a los oviedista. Siempre fiel a su cita con el gol en la portería contraria esta temporada, el conjunto carbayón espera dejar atrás el borrón de su pizarra este domingo para sumar este domingo en Barcelona su primer triunfo a domicilio.
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