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Jon Erice, en el vestuario del Carlos Belmonte.

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Jon Erice, en el vestuario del Carlos Belmonte. ALBACETE BALOMPIÉ
Real Oviedo

Real Oviedo | «Cerré una etapa muy feliz en Oviedo, ahora no voy a ir llorando por las esquinas»

Jon Erice - Jugador del Albacete y excapitán del Real Oviedo ·

«Me quedé con muchísimas ganas de jugar el derbi, una de las claves que tuvimos en los últimos años era volver a vivirlo»

IVÁN ÁLVAREZ

OVIEDO.

Viernes, 22 de septiembre 2017, 02:01

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Vestido de azul las cuatro últimas temporadas, Jon Erice (Pamplona, 1986) se reencontrará este domingo con el Real Oviedo en el Carlos Belmonte a la caza de su primer triunfo oficial como jugador del Albacete. El navarro, que alerta de la necesidad de atar en corto a un enrachado Toché, cruza su camino con e l club carbayón, del que destaca las alegrías vividas en él por encima de un desenlace accidentado.

-Solo van cinco jornadas, pero ¿ya sienten la necesidad de un triunfo que suponga un punto de inflexión?

-Sí, la necesidad de una victoria es clara. Queremos y necesitamos ganar, sabemos que el fútbol profesional va de victorias y no solo de sensaciones.

-¿Desde fuera sorprende la rapidez con la que Anquela comienza a imprimir sus ideas al equipo?

-Anquela es un entrenador que siempre ha tenido ese sello de intensidad, pero luego también le gusta en la parte ofensiva tener a jugadores muy talentosos. Este año tiene a jugadores en la media punta como Saúl y Aarón a los que seguro que le va a sacar mucho rendimiento. Va a exprimir absolutamente a todos sus jugadores, como Héctor Verdés, que es uno de los mejores centrales de la categoría, y a partir de ahí construir el equipo con mucho trabajo colectivo y las individualidades que siempre tienen sus equipos arriba.

-¿Por dónde cree que se puede definir el duelo del domingo?

-La clave está en la igualdad, que especialmente a principio de temporada es máxima y a todos los equipos les cuesta ganar un partido, pero también están cerca de hacerlo cada semana. El Oviedo fuera de casa empató en Almería y en Gijón con un gol de Toché muy especial. Intentaremos ser los primeros que le ganen.

-Habla del derbi. ¿Lo vio? ¿Se quedó con las ganas de disputarlo?

-Lo vi, lo vi en casa. Me quedé con muchísimas ganas de jugar ese partido. En la pelea que tuvimos durante muchos años para intentar subir a Primera, una de las claves que andaba en el aire era volver a vivir ese derbi. Mucha gente luchamos durante un tiempo para poder conseguirlo, pero el fútbol al final te lleva a unas circunstancias que te privan de ese derbi. Es una cosa que te queda clavada, siempre me hubiera gustado y trabajé muchísimo para, entre otras cosas, poder jugar ese derbi y que se viviera el espectáculo que se vivió. Por mucha rivalidad deportiva que haya entre las dos aficiones, para Asturias, las ciudades de Oviedo y Gijón, es un partido que no se debe perder nunca y ojalá durante muchos años se juegue en Primera División.

-La afición ha renovado su ilusión y en el horizonte están cotas altas.

-No es algo nuevo. Cuando firmé por el Oviedo en agosto de 2013 el proyecto que se me presentó fue claro. Se me dijo claramente que el objetivo estando en Segunda B era estabilizar al equipo en el fútbol profesional y cuando acabo mi relación contractual con el club creo que nadie puede poner en duda que lo está. La gente está ilusionada con el ascenso como cada año lo ha estado. El primer año estuvimos en 'play off' muchísimas jornadas y el pasado también y al final no pudimos conseguirlo. La ilusión es la misma que se genera cada año en Oviedo.

-Estuvo dentro esas dos últimas temporadas. ¿Cómo se pueden explicar esos finales amargos?

-No sé. Lo único que puedo explicar es que no fuimos capaces de mantener el ritmo de puntuación que llevábamos, que nos mantenía incluso cerca del ascenso directo el primer año. El año pasado el Levante y el Girona se escaparon bastante pronto y la verdad es que al final por dos puntos el que entró fue el Huesca, que nos empató en casa un partido que teníamos ganado. Si hubiéramos ganado ese partido les hubiésemos dejado a cinco puntos. No fue así. Empatamos, la semana siguiente perdimos y ellos ya estuvieron en 'play off'.

-Pese a ello, ¿prima lo positivo sobre lo negativo en sus cuatro años en Oviedo?

-Por supuesto que sí. He vivido más cosas positivas que negativas. En realidad prácticamente todo lo que he vivido en Oviedo ha sido positivo. A nivel personal y familiar, es una ciudad a la que volveré muchísimas veces. Mis hijos, sobre todo la pequeña, siente que es de Oviedo. Ella no entiende eso del cambio de ciudad, siempre nos pregunta cuándo volvemos a Oviedo porque es lo que ha vivido ella. Somos gente que ha vivido muy feliz en Oviedo, donde hemos tenido muchas alegrías tanto en lo personal como en lo deportivo, como un ascenso que seguramente haya sido el más intenso de mi carrera. El Oviedo es un club que te hace vivir todo con mayor intensidad, aunque también es cierto que tiene más repercusión todo lo que pasa.

-¿Si pudiese dar marcha atrás hubiese actuado de otra forma en la última semana del pasado curso?

-Sinceramente no lo sé decir. Lo que sí tengo muy claro es que absolutamente nadie está por encima del club. Ni a nivel de aficionados, ni de jugadores, ni de directivos. Ningún aficionado del Oviedo es más que otro y todas las opiniones son respetables siempre que se hagan desde la crítica deportiva. Me fui de allí con muchísima pena porque primaron una serie de cosas, mentiras incluso, que hablaban sobre mí y se dejaron pasar hasta que tuve que tomar medidas a nivel personal. A nivel deportivo, estuve cuatro años en Oviedo y absolutamente todos los entrenadores que he tenido han contado conmigo a muerte. Me conocen de primera mano, saben cómo hacía las cosas dentro, y todos apostaron por mí. Eso tampoco puede ser una casualidad. No hay que ponerse flores, pero la realidad, la que se vive en el día a día ahí dentro, quedó muy clara con la actitud de todos los entrenadores que tuve.

-Extrañó que pasasen tantas horas desde el partido hasta el incidente con el miembro de Symmachiarii.

-La relación directa no es con el partido del Sevilla Atlético, sino con una serie de acontecimientos que le pasan a mi familia y a mis hijos en el colegio. Como padre y como marido no las puedo dejar pasar. No me gusta la mentira. Seguí trabajando el lunes y el martes igual, con opciones reales de jugar el 'play off' y mi reacción no tuvo nada que ver con el campo. Si la gente no lo quiere contar, yo no voy a ser el que diga exactamente qué pasó. Es una etapa que cierro, estuve cuatro años en los que fui muy feliz en Oviedo y me voy a quedar con eso. A partir de ahí, no voy a ir llorando por las esquinas ni dando pena.

-¿Le sorprendió verse al día siguiente fuera del equipo por Hierro, que le defendió a nivel personal, pero indicó que se había equivocado?

-Es una opinión muy respetable la del míster. Fernando es una persona a la que escuché que se le llamaba becario del fútbol cuando entrenaba al Real Oviedo. Si somos un poco humildes y valoramos las cosas con objetividad, Fernando Hierro ha sido capitán del Real Madrid y de la selección española durante muchísimas temporadas. Llamarle becario del fútbol a una persona como él dice mucho de quien se lo llama.

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