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En la foto, Peter Dubovsky con la equipación del Real Oviedo disputa un balón a Roberto Carlos, del Real Madrid, durante un partido jugado el 20 de diciembre de 1998.
Se cumplen 14 años de la muerte de Petr Dubovsky

Se cumplen 14 años de la muerte de Petr Dubovsky

Su llegada al Real Oviedo coincidió con la de Ivan Brzic al banquillo y la marcha de la plantilla de jugadores de la importancia de Prosinecki, Jokanovic, Cristóbal o Luis Manuel

Ramón Julio García

Lunes, 23 de junio 2014, 11:53

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A la hora de analizar la historia reciente del Real Oviedo, muchos son los que sitúan los inicios del declive en la mañana del 23 de junio de 2000. Aquel día, las agencias de información internacionales se hacía eco del fallecimiento del jugador eslovaco Peter Dubovsky al caer por una pequeña cascada en Tailandia cuando disfrutaba de sus vacaciones.

Hoy se cumplen 14 años años de la trágica muerte, a los 28 años, del que fue referente del fútbol eslovaco (en 1993, con 21 años, fue proclamado mejor futbolista eslovaco del año). Dubovsky llegó al Oviedo en el verano de 1995 con otros dos madridistas, Paco Sanz y el portero Cano. El internacional se formó en las categorías inferiores del FK Vinohrady Bratislava, desde el que pasó al Slovan Bratislava. Su debut a los 19 años con la selección absoluta de Checoslovaquia -con la que disputó catorce partidos y marcó media docena de goles- hizo que el Real Madrid se fijara en él y le fichara en la temporada 1993-94. Sin embargo, no se adaptó al club blanco y acabó en el Oviedo.

Líder del equipo

Su llegada al club azul coincidió con la de Ivan Brzic al banquillo y la marcha de la plantilla de jugadores de la importancia de Prosinecki, Jokanovic, Cristóbal o Luis Manuel. Pronto el eslovaco se convirtió en un líder del equipo, que esa temporada logró con comodidad la permanencia.

El futbolista nacido en Bratislava fue un jugador de una técnica envidiable, con llegada y fortaleza. Su único 'pero' es que se trataba de un jugador frío, que cuando no tenía su tarde desaparecía del campo y en muchas ocasiones desesperaba a la grada. Sin embargo, el día que estaba entonado se echaba el equipo a la espalda y resultaba determinante.

Ese carácter del jugador eslovaco propició numerosas anécdotas. Por ejemplo, Iván Brzic en una ocasión dijo a uno de los compañeros de Dubovsky: «Dale el balón, es tipo raro, pero dale balón».

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