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Jueves, 22 de febrero 2018, 01:49
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Sin pegada para penetrar en la trinchera cavada por el Albacete el pasado sábado en el Carlos Tartiere, el Real Oviedo ya prepara el asalto a La Romareda con la esperanza de recuperar el músculo anotador que está mostrando a lo largo de la temporada. «Seguiremos trabajando como venimos haciendo y con el máximo respeto y la máxima ilusión vamos a tratar de ganar allí», expuso ayer Alfonso Herrero sobre el duelo de este domingo en el feudo del Zaragoza, convertido en 2018 en una trampa para las artillerías foráneas.
El conjunto maño, el segundo de la categoría que más puntos ha sumado desde que se reanudase la competición tras el parón navideño, asoma en el horizonte oviedista inmerso en su mejor momento de la temporada a nivel de resultados, tras añadir consistencia defensiva a una propuesta que en el tramo inicial de la competición era más efectista que efectiva. Los aragoneses han tapiado su portería en sus tres últimos duelos como locales para rentabilizar su productividad ofensiva e ilusionarse con completar una remontada que les permita alcanzar los lugares de privilegio de la clasificación.
«Tiene jugadores muy técnicos, que son muy aptos para la categoría. Vamos a usar todas las maneras posibles para intentar minimizar sus ocasiones», advirtió ayer el guardameta oviedista, que considera que el empate de la última jornada no mermará la confianza azul y contribuirá a fortalecer el grupo. «Tenemos una buena dinámica fuera de casa y vamos a intentar aprovecharla», expuso el cancerbero toledano, que ha terminado con su portería imbatida en seis de los doce duelos ligueros que ha disputado esta temporada.
«Tenemos un gran equipo que pelea y siempre genera ocasiones. Si mantenemos la portería a cero, se conseguirán muchos puntos», argumentó el guardián del marco oviedista, esperanzado en cambiar la tendencia oviedista en La Romareda, el estadio del que se ha ido de vacío en sus seis últimas visitas. «Las rachas están para romperlas», proclamó optimista de cara a un duelo que Juan Antonio Anquela prepara con su vehemencia habitual. «Hemos jugado contra grandes rivales y no nos han hecho ni cosquillas», arengó ayer a su tropa el jienense. «Llevamos una buena trayectoria, pero ahora somos conscientes de que llega lo bonito. Hay muchos equipos apretando y tenemos que estar lo más arriba posible», recordó el meta azul, clave para cerrar el paso al Zaragoza y relanzar a un Oviedo que anhela desencriptar el gol visitante en La Romareda.
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